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jueves, 11 de octubre de 2012

Somos arroz.

Podría... ¡Podría escribirte un poema! ¡O una canción! ¡Podría trazar tus delicadas líneas en un papel  y hacerte un retrato! O podría... Podría decir que te odio y estar mintiendo, o podría decir que no sufriría ni un ápice si no te volviera a ver y estar realmente jodido... Podría decir que como tú hay muchas y mentir, porque eres única... Podría hacer esto y mucho más, pero no estaría siendo honesto. Todavía no había tenido el placer de cruzarme con alguien como tú, y realmente, me considero afortunado de haberte encontrado en mi camino. Nos cruzamos a 100 km/h, nos besamos a 150... E hicimos el amor a 70, suave y lento... Aunque nos llevara toda la noche, no importaba, solos tú y yo en aquella habitación, sin luces, rifándonos la culpa, jugando en un delicioso tira y afloja, donde se disputaba una bonita guerra de sexos en la que no había vencedor ni vencido. Como agua para chocolate, o como fuego para un cigarrillo, así de necesaria fuiste desde que te conocí. Contigo o con ninguna, es mi ley... No es simple palabrería barata como se escucha hoy en día, son palabras puras, cual gota de rocío colgada tímidamente de la hoja de un árbol a primera hora de la mañana, así de puras. Sencillo y en silencio me hallo ahora mismo mientras te escribo estas líneas, como bien ves, no es ni una canción, ni un retrato, ni un poema... Es algo mucho mejor. Las canciones se olvidan al igual que los poemas, y los retratos... No se admira su pureza al 100%; por eso me he decantado por esto; que no sé ni lo que es, no sé si definirlo como prosa, alegoría al amor o una gilipollez que estoy escribiendo antes de echarme la siesta... Pero que es mi gilipollez, y que la única que le da significado a estas líneas eres tú, gracias por hacerlo posible. Dicen que las gilipolleces no se olvidan, así que aquí me tienes escribiendo esto, en el salón de una casa de campo, mientras suena Oasis de fondo, mientras te pienso... Mientras recuerdo tu rostro, tu sonrisa, tu voz... Mientras mi cabeza se va a otra parte, a esa otra parte dónde estás tú, esperándome en el sofá de aquella casa, para ver una peli, o simplemente estar tirados viendo la televisión. Recuerda, el día menos pensado, estaré esperando al otro lado de la puerta, con una sonrisa idiota, de oreja a oreja, donde podrás leer tu nombre escrito.

martes, 21 de agosto de 2012

Si te vas...


Anoche, soñé con ella, pero soñé distinto... No soñé picante, soñé... Soñé... Amargo... Y ni siquiera esa palabra define la manera en la que soñé con ella anoche; no. Porque ayer fue diferente, no fue un sueño con final feliz, ni mucho menos bajo sábanas... Fue un final inconcluso, como cuando te dicen "y hasta aquí puedo leer...", lo mismo. Soñé pasear con ella cogidos de la mano por una playa solitaria a media tarde, compartir un helado y despedirnos con un tímido beso cual pareja quinceañera. Pero sin embargo, al día siguiente, ella estaba con otro... Sucedió justo antes de ir a recogerla. Había ido a comprarle un disco de su grupo favorito y a la vuelta, pasé cerca de su casa por si el destino se tornaba azaroso y me encontraba con ella de imprevisto, pero entonces, el destino jugó a ser cruel y me asestó una terrible puñalada trapera... Justo a unos 100 metros de su casa estaba ella, si, pero no estaba sola, un chico desconocido al que no pude verle la cara la acompañaba... Me quedé con la mirada clavada en ellos, hasta que el la besó... No daba crédito a lo que estaba viendo, me había cambiado por otro... Mi gran amor se esfumaba por la ventana cual humo de cigarrillo....
 De repente, una ira abrasadora recorre todo mi cuerpo, y por no perder los cabales, me tragué el orgullo y no hice más gesto que tirar el disco al suelo con desprecio e irme a mi casa apenado... Esa misma tarde bajé a por tabaco al tendero de siempre y al ver mi semblante triste preguntó qué había ocurrido; cuando le conté lo sucedido me dijo lo siguiente: "Chico, no estés apenado, puede ser que él te la haya quitado, pero lo que nunca te va a poder quitar es su amor por ella, ni él, ni nadie, jamás te lo podrán arrebatar...". Desperté al instante tras oír esta frase, acalorado, confuso e intranquilo. Intenté darle vueltas en ese momento, pero el cansancio era tal que mi mente solo pedía descanso. Busqué alguna pista en el siguiente sueño pero no encontré nada.
Al despertar esta mañana me puse a reflexionar sobre lo que había dicho aquel tendero, hasta esta tarde; entonces comprendí lo que quiso decir... Puede que no sea mía, pero los momentos que he vivido con  ella no me los va a quitar nadie, ni los besos, ni los abrazos... Que puede que nunca vuelvan... Físicamente puede que no vuelvan, pero estarán almacenados en mi mente y en mi corazón. Esos recuerdos, simbolizan lo que algún día fuimos, lo que pudimos haber llegado a ser... Pero sobre todo simbolizan que nunca la voy a olvidar, pase el tiempo que pase. "Y que por fin me necesites..."

lunes, 4 de junio de 2012

Mi sueño: Ella.

Fumando en la ventana a las tres de la mañana en una noche calurosa, pura esencia veraniega. Entre calada y calada aprovecho para respirar el aire puro de la madrugada; entro en sintonía con el ambiente que me rodea. Expulso una bocanada de humo cual locomotora mientras escucho el ladrido agónico de un perro desconocido; me detengo un momento a apreciar su sonido y empatizo con él... Su llanto refleja su deseo de dormir en casa, y mis suspiros en la ventana reflejan el deseo de dormir junto a ella, mi cama pide a gritos su dulce aroma. Sigo escuchando al perro, cada tres ladridos una pausa, y yo cada tres suspiros un pensamiento impuro, con ella claro. Apago el cigarro. Dejo la ventana entreabierta y bajo la persiana. Me meto en cama caluroso, ya que pensar en ella me derrite. La noche se promete interesante entre vueltas y más vueltas por el jodido calor y los sueños más dulces y subidos de tono... Siempre patrocinados por ella. Cierro los ojos, se apaga el mundo, se enciende otro; mi mundo onírico del cual ella es protagonista... Buenas noches, dulces sueños.

sábado, 14 de abril de 2012

Sólo vuelve.


Tan vitales como respirar son tus palabras. Sentado en la silla de mi habitación mientras sostengo un cigarro entre nubes de humo gris, pensándote. Disfruto de cada calada como si de uno de tus besos se tratase, no sabes cuanto echo de menos tus labios gruesos y el tacto de tu piel. Apago el cigarrillo, cierro los ojos un instante y te tengo en frente; mataría porque fuese real y no imaginado. Me besas, te beso, me muerdes, me pierdo, acaricio tu espalda, suavemente, te estremeces, deliro, me arañas con fiereza, cual felina, locura, sonrío, sonríes; tu sonrisa lo más bello, yo ataco, tu defiendes, tu atacas, yo no pongo resistencia... Mi subconsciente me traiciona, una vez más, solo quiero abrir los ojos y ver que estás a mi lado. Deseoso de que estés aquí cuanto antes, el tiempo pasa lento y no llegas y cuando estás aquí parece que no han pasado ni dos días y tienes que marchar. Te echo de menos con todas y cada una de mis ganas, solo quiero verte, abrazarte y volver a besarte como la última vez y que sea realidad y no un sueño . Tan vitales como respirar sois tú y tu presencia. Cierro el cuaderno, en calma, en cama, soñando con vos, mi dama.

miércoles, 11 de abril de 2012

Siempre tú.


Increíblemente rítmica la melodía del latir de mi corazón cuando estás cerca... Pálpitos acelerados, pómulos colorados y un manojo de nervios manejados por tu presencia, inevitables, como la sonrisa que pongo cuando escucho tu nombre o la sonrisa que te devuelvo cuando me miras y me echas la lengua.
Increíblemente rítmico el contoneo de tu cadera que me hipnotiza cuando te paseas por delante de mi o cuando me retraso un poco para memorizar tus pasos... Pero aun memorizándolos me pierdo, me pierdo en ti, en tus curvas, en tus labios, en los hoyuelos de tu sonrisa, en la profundidad de tus ojos castaños...
Increíblemente bella son palabras que se quedan demasiado cortas para ti, porque no se ha escrito vocablo posible que te defina, ni se ha escrito la canción más bella para dedicarte... Tengo tantas ganas de verte, que no hay unidad posible para precisar lo mucho que te echo de menos... Porque eres tú, porque fuimos nosotros... Porque siempre serás tú.

sábado, 31 de marzo de 2012

Sueño con sonar bajo tus sábanas...


En mi rincón estoy meditando, sobre humo verde estoy flotando, me mantengo suspendido sobre frases y palabras, colocándolas minuciosamente para llegar a ti. Me mantengo suspendido entre pensamientos ligeros de ropa unos, profundos otros... Me mantengo suspendido flotando sobre tu corazón con la intención de volver a entrar en el...
Esta noche, entre humo denso gris, cenizas y palabras en el cuenco, párpados caídos y pómulos que delatan volviste a aparecer y sonreíste; sonreíste mas que nunca... Te evaporaste a medida que el humo desaparecía, eso si, con un guiño que incitaba al puro delirio... Malditos sean tus bellos ojos y tu cara bonita. Me hallo perdido en un mar, navegando a la deriva, sin saber que dirección es la correcta... Mi corazón y mi cabeza mantienen una batalla dialéctica, debatiendo sobre la dirección adecuada, razón contra corazón... No sé quien ganará, solo sé que mi corazón no atienda a razones y que apunta en una dirección, la misma que lleva tu nombre... El mismo nombre que me hace palpitar cuando lo escucho, el mismo nombre que tus labios grabaron mi corazón con el fuego de la pasión.

sábado, 3 de marzo de 2012

Jazz y ella, una botella y nuestra paz.


Sentado en la barra de aquel bar ahogando mis penas, anduve rebuscando entre mis alegrías y te presentaste la primera. Cabizbajo entre rodajas de limón y cubos de hielo, con el vaso en una mano y el cigarro en la otra, sin historias, sin rumbo, sin planes, sin sentido. El camarero preguntó si quería otra y se interesó por mi estado... "Échame el whisky y déjate de historias" le contesté. Entre un mar añejo contaminado por lágrimas seguía en aquella tasca, removiendo el hielo a ritmo de un solo de saxo, buscando algo que mereciera la pena... Las horas pasando y yo borracho en aquel bar, sin intención de hablar con nadie, sólo con mi yo interior y la verdad, a medida que iba bebiendo la conversación conmigo mismo era más honesta. La clientela abandonaba el local al ritmo que iba descendiendo mi copa. "Pobre diablo..." escuché a mis espaldas, "pobres imbéciles..." pensé yo agarrando el vaso con desdén.
Saqué el último cigarro de la cajetilla de Camel y retomé mi búsqueda, indagando algo que de verdad importase... Cuando de repente, volviste a aparecer... Siempre apareces, siempre tú, la respuesta a todos mis interrogantes. Apagué el cigarrillo, terminé mi copa y pagué mi cuenta. Salí de allí tambaleándome cual perro viejo, con una sonrisa tonta pensando en ti, una noche más por no variar, con las manos vacías y el corazón lleno.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Nostálgico de ti.


Esta noche me debatí entre dos opciones, la vida o la muerte... Y curiosamente las dos llevaban tu nombre. La vida, la que me das todos los días aunque no estés aquí conmigo... La muerte, el querer olvidarte. Flotando entre niebla y humo gris propulsado por mi cigarro, escribo esto en las calles, ciego de alcohol y porros, deseándote. Divagando entre dimes y diretes y nubes de humo marrón como tus ojos castaños, te me apareciste delante, pero sólo era una maldita y barata copia...
Maldiciendo mi suerte y después de un par de bailoteos, vuelvo a casa cual zombi demacrado, ciego como yo solo. Eso si, con una sonrisa gilipollas porque por un ínfimo instante creí tenerte. Putos instantes... Si la vida se midiera con los mismos habrías sido mía tantísimas veces... Sólo quiero olvidarte cuando no estás a mi lado, porque me falta la vida y me das la muerte si no te tengo. No te marches, quédate conmigo y escapémonos del mundo.

jueves, 16 de febrero de 2012

Amor de noche.


A altas horas de la noche se podía contemplar mi sombra en la ventana de mi habitación, susurrando nostálgico… Nostálgico de ti mientras escribo esto a ritmo de jazz. El reloj marca las tres y cuarto y yo en pie todavía dedicándote estas líneas… Vuelta a las noches de insomnio, cigarros interminables y horas frenéticas. Ansioso de tenerte entre mis brazos en estos instantes, mi imaginación vuela alocada y juega haciéndote el amor inconsciente…
Ardiendo en deseos de que aparezcas por mi puerta, podrías acercarte de sorpresa y decirme “¿Qué tal?” y quedaríamos yo con el rojo de tus labios, tú con el tizne azul de mi bolígrafo… Mas el frío de la realidad me devuelve a este párrafo y me congela, pero una llama en mi interior se niega, se niega a impedir que ese frío me hiele… Una llama juguetona y curiosa que lleva tu nombre y apellidos. En medio de la noche oscura, una luz naranja se vislumbra por el pasillo de mi casa rumbo a la ventana de la terraza… Fumando el último pitillo asomado, miro las calles, frías, vacías y solitarias, devastadas por la erosión de la lluvia, mientras que un gato merodea en busca de compañía. El gélido viento calaba mis huesos, mientras la helada se hacía dueña y señora de los jardines, dibujando la última nube de humo despedí la noche y me dirigí a mi habitación. El reloj marcaba las cuatro y media… ¡Joder! ¡Si hace 15 minutos te estaba pensando y hace 10 empecé a escribir la primera línea! El tiempo avanza rápido, implacable… Igual que nuestros pies que se buscan para empezar la historia.

jueves, 19 de enero de 2012

Life.


Escribo sin oficio ni beneficio, lo hago por puro vicio, vicio al boli y papel, vicio a mostrarle al mundo parte de mi… Cada párrafo, cada palabra, cada coma, cada punto en suspensión y seguido son trozos de mi alma. Tengo desajustes en mi sueño, desajustes en mi corazón, desajustes en mi mente… Escribo para apaciguar dichos desajustes, menos los mentales, que de vez en cuando perder la cordura es bastante sano. Escribo para sosegar al demonio que llevo dentro, por aquello de que perder los papeles, que no la cordura, no está bien visto.
Escribo por amor al arte o por darle un poco de arte al amor, que últimamente hace bastante falta… Escribo para llenar de magia corazones o por lo menos intentar llenarlos, aunque suene a mera utopía. Camino sin rumbo fijo por el río de la vida, dando tumbos aquí y allá, desilusiones, fracasos… Pero también risas, buenísimos momento y siempre con una sonrisa… Escribo para lucir esa sonrisa todos los días y poder contagiarla… Escribo… Escribo para sentirme vivo.